Así distingue el cerebro los olores

El área del cerebro responsable del olfato está compuesta de una caótica maraña de neuronas aparentemente desorganizadas. ¿Cómo funciona?

Aunque ya sabíamos desde hace tiempo que el sentido del olfato reside en una zona del cerebro denominada corteza piriforme, su funcionamiento era hasta hace poco un enigma. Y es que esta región que compartimos mamíferos, anfibios y reptiles es, aparentemente, un tanto desorganizada, ya que se presenta como una maraña de neuronas que forman un amasijo revuelto.

Un equipo de científicos de la Universidad de Salk (EEUU) acaba de arrojar luz en el asunto y revela que esa distribución aparentemente aleatoria es clave para que el cerebro distinga correctamente los olores y, es más, lo consigue de una manera extremadamente precisa.

“El paradigma actual dice que la información que llega al cerebro es transmitida por neuronas que se activan al recibir un estímulo”, explica Charles Stevens, uno de los autores de este nuevo trabajo. Por ejemplo, en el caso de la visión, una parte de los ojos se activa y transmite la información a un parte específica de la corteza visual que a su vez lleva la información al cerebro. Sin embargo, parece que el sistema olfatorio no sigue esta secuencia: “Aquí lo que importa no es qué células están activas, sino cuántas y en qué grado”, aclara.

El sistema olfatorio no funciona igual que otros como el visual, y hasta ahora era un misterio.


Para estudiar cómo se codifica la información del olor y verificar si sus conexiones son realmente aleatorias, el equipo de científicos analizó la corteza piriforme de varios ratones usando varias técnicas de tinción y microscopía que les permitieron visualizar distintos tipos de células en esta región del cerebro. El primer objetivo era cuantificar el número y la densidad de neuronas, y los investigadores concluyeron que, en los ratones, la corteza piramidal contiene aproximadamente medio millón de células dividida en dos zonas: la corteza posterior, más grande y menos densa, y la anterior, más pequeña y más densa.


 

Utilizando esta información y el conocimiento arrojado por estudios previos sobre las sinapsis –conexiones neuronales- del bulbo olfatorio con la corteza piriforme, los investigadores hicieron un hallazgo sorprendente: cada una de las neuronas del bulbo está conectada a casi todas las neuronas de la corteza.

Corteza piriforme y memoria a largo plazo

Este no es el único descubrimiento sorprendente relacionado con la corteza: hace algunos meses, un equipo de investigadoras alemanas revelaba que esta región del cerebro también está involucrada en el almacenamiento de recuerdos a largo plazo mediante un mecanismo mediado por la corteza orbitofrontal. Los resultados de su trabajo se publicaron en la revista Cerebral Cortex.

Fuente: Muy Interesante