Sumamente innovador: inclusión para no videntes representando espacios urbanos

URBIS es un dispositivo táctil que permite enseñar y aprender cuestiones sobre espacios urbanos. La innovación, como casi todas, nació con una pregunta y un desafío: ¿cómo enseñar conceptos espaciales y de diseño a un estudiante con discapacidades visuales? Así nació URBIS.

La historia comenzó con las limitaciones para dictar clases a un estudiante con discapacidad visual de la Licenciatura en Urbanismo, que la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) brinda en Zárate, Buenos Aires.

“Como la carrera de Urbanismo se enfoca en interpretación del espacio urbano, lectura de planos y cuestiones de geografía, los docentes nos consultaron qué podíamos hacer”, cuenta Eduardo Rodríguez, director del proyecto e investigador en el área de Ciencias y Tecnologías básicas, del Instituto de Industria de la UNGS .

“Nuestra propuesta era que el usuario pudiese cambiar de lugar las cosas y fabricar así distintos escenarios”, agrega.


 

El dispositivo consiste en una base con grilla bidireccional, sobre el que se insertan elementos de distinta medida y volumen. “Originalmente estaba pensado para que los cuadrados representen manzanas o cuadras. Las calles están en bajorrelieve, para que haya una diferencia al tacto”, ilustra Rodríguez.

Sin embargo, al armar el dispositivo para que fuera probado por el estudiante, descubrieron que tenía mucho más alcance. “Era cuestión de cambiarle la escala a la grilla y de esa manera pasar de representar una ciudad a un barrio, una plaza, una casa o lo que se necesite”, afirma.


Una de las particularidades del proyecto, en el que también participaron Eugenia Jaime y Maximiliano Véliz, es que fue diseñado bajo los principios del diseño universal. “Se trata de poner las cosas para que estén al alcance de la mayor cantidad de gente sin necesidad de hacer tantas modificaciones”, asegura Rodríguez.

En ese sentido, el investigador remarca que “más que trabajar para chicos ciegos trabajamos a partir de chicos ciegos. No damos una solución a una persona específica, sino que proponemos algo para que pueda usarlo más gente”. Y concluye: “Cuando le mostramos el dispositivo a gente que no tiene alumnos ciegos, inmediatamente lo apreciaron y quisieron darle un uso para su clase”.