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Existen diversas opciones para cuidar la fertilidad antes de iniciar un tratamiento.

Afrontar una enfermedad oncológica plantea una gran cantidad de inquietudes, pero sin lugar a dudas, en el caso de pacientes que no han tenido hijos aparece el interrogante ¿cómo puede verse afectada mi fertilidad?. Es natural preguntarse si se podrá ser madre o padre luego de atravesar por esta patología ya que se teme que el tratamiento impacte sobre el desarrollo reproductivo.

En toda enfermedad oncológica el riesgo de infertilidad aumenta. En el caso de las pacientes mujeres los tratamientos pueden producir fibrosis ovárica y cambios en la menopausia, que en algunos casos, genera un daño irreversible. Y en los llamados cánceres femeninos, puede llegarse también a la extirpación del útero y los ovarios, provocando una menopausia precoz y por consiguiente la esterilidad.


La expectativa de vida de los pacientes oncológicos suele ser alta, pero tanto la quimioterapia como los tratamientos con hormonas y esteroides inducen con frecuencia a problemas permanentes que aumentan con la mayor edad de la paciente. Sin embargo, a diferencia de lo que puede suponerse, esto puede suceder con todos los tipos de cáncer, no solo los asociados al sistema reproductivo.


En el caso donde el aparato reproductor femenino se ve afectado, existen dos tipos de cáncer de útero. Por un lado, está el cáncer de cuello uterino que puede tratarse de una enfermedad local en la que con una conización -intervención mínima en la que se hace una cirugía en forma de cono, extrayendo el lugar donde asienta el tumor- y los controles periódicos, la paciente tiene posibilidades de quedar embarazada. En algunos casos se pueden presentar dificultades para quedar embarazada o tener problemas para llegar a término al parto, pero aplicando determinadas técnicas se pueden reducir las probabilidades de que esto suceda.

Por el otro, tenemos el cáncer de endometrio, enfermedad mucho más complicada ya que se debe extraer el útero y la paciente queda infértil. En estos casos se recomienda la extracción de óvulos y la conservación de los mismos para que cuando se lo desee se pueda efectuar el procedimiento conocido como fertilización in vitro.

La congelación de óvulos (criopreservación de ovocitos) es un método establecido para conservar la fertilidad en las mujeres. Aunque no es tan usado como la congelación de embriones, es una excelente opción para pacientes que no tienen pareja. La obtención de los óvulos toma aproximadamente entre 10 y 14 días. Requiere del uso de medicamentos hormonales para lograr que varios óvulos se desarrollen y de una cirugía ambulatoria para su extracción. Algunas mujeres podrían estar impedidas de recibir este programa hormonal, ya sea en cánceres de crecimiento rápido o en tumores hormonodependientes.

Otra opción en mujeres interesadas en la preservación de la fertilidad, especialmente si se extrae un gran número de óvulos, es congelar la mitad  y fertilizar la otra mitad ya sea con espermatozoides de su pareja o de un donante y luego congelar los embriones.

En mujeres con cáncer de ovario, presente en uno solo de ellos, y con tumores de crecimiento lento y bajas probabilidades de propagación podría considerarse extirpar solo el ovario afectado, conservando el otro. El útero siempre debe tener un estricto control posterior y estar a cargo de un médico especialista. En el caso de cáncer de cuello uterino con tumores pequeños puede recurrirse a cirugías no radicales del útero.

En lo que respecta a fertilidad y tratamiento del cáncer es recomendable consultar con el equipo médico tratante previo al inicio del mismo, de hecho, existe un especialidad llamada oncofertilidad que se ocupa de proteger la fertilidad en pacientes con cáncer. Los profesionales responsables evaluarán y guiarán al paciente para evaluar las distintas opciones, asesorando sobre la decisión más acertada según el caso.

Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”