La segunda fase de la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU (COP15), a celebrarse entre los días 7 y 19 de diciembre en Montreal, Canadá, deberá establecer una nueva agenda global que contenga objetivos realmente ambiciosos en cuanto a la protección de los ecosistemas y la recuperación de zonas degradadas, afirmó el académico brasileño Reuber Albuquerque Brandão.

En entrevista con Xinhua, el catedrático de las disciplinas Manejo de Fauna y Manejo y Administración de Áreas Silvestres, de la Universidad de Brasilia, subrayó la importancia de que las partes cumplan sus compromisos y asuman la cuestión como una prioridad.

“Sin el funcionamiento de la maquinaria que representa la biodiversidad, la vida tal como la conocemos en el planeta es inviable”, enfatizó.

Doctor en Ecología, Albuquerque Brandão recordó que los datos sugieren que el 10 por ciento de todas las especies están amenazadas en algún grado, lo que pone en riesgo la prestación de servicios ecosistémicos que sostienen la vida.

“Por otro lado, ninguno de los objetivos de biodiversidad acordados entre los países en 2010 para 2020 se ha cumplido, lo que demuestra el fracaso de las negociaciones entre las partes y la dificultad para cambiar la forma de entender la biodiversidad desde un punto de vista político y económico”, explicó.

A su juicio, entre los principales retos de la COP15 se encuentra el establecimiento de una nueva ruta a seguir para conservar la biodiversidad mundial.

“Una nueva agenda global, que contenga objetivos realmente ambiciosos en cuanto a la protección de los ecosistemas, el control de las especies invasoras, la recuperación de las zonas degradadas, la vigilancia de las zoonosis, la producción de alimentos más saludables a través de una agricultura menos agresiva con el medio ambiente”, resumió.

El reto, continuó, es aún más difícil de alcanzar en tanto no existe un fondo mundial para la biodiversidad y las asignaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) no son tan robustas, teniendo en cuenta la magnitud del problema.

Asimismo, el experto añadió que los países en desarrollo pueden tener un impacto más intenso sobre la biodiversidad mundial que las naciones desarrolladas, ya que son capaces de contribuir con sus territorios para formar áreas protegidas, a la vez que controlan la caza, el tráfico y el comercio de fauna y flora, así como la deforestación.

En relación a Brasil, estimó que el país sudamericano tiene un papel histórico en estos campos por ser posiblemente “el mayor poseedor de biodiversidad del planeta” y contar con biomas particulares, como la ecorregión Caatinga, el Cerrado, la Mata Atlántica y el Pantanal.

“Por otro lado, los esfuerzos tienden a hacer hincapié en la Amazonía, que ocupa un lugar especial en la biodiversidad nacional y en el imaginario colectivo, pero esto no significa que otros biomas no sean relevantes”, agregó.

Albuquerque Brandão consideró también que el protagonismo de Brasil y China será fundamental en la COP15, especialmente en lo que respecta al uso de combustibles fósiles, los acuerdos comerciales que impliquen la trazabilidad de los productos, y una nueva agenda de compromisos entre las partes.

“Como principal mercado de varios productos brasileños, China desempeña un papel relevante en cuanto al impacto sobre la biodiversidad de lo que importa de Brasil. Además, esta relación ayuda a crear consenso durante la negociación de acuerdos globales”, puntualizó.

(Xinhua)