ESPECIAL: Bolivianos celebran Año Nuevo Andino Amazónico con ritos ancestrales y pedidos de unidad

Personas realizan un ritual durante la llegada del Año Nuevo Andino Amazónico 5530 en el templete de Kalasasaya, en el municipio de Tiahuanaco, en el departamento de La Paz, Bolivia. (Xinhua/Mateo Romay)

Los bolivianos recibieron hoy martes el llamado Año Nuevo Andino Amazónico correspondiente al solsticio de invierno en el hemisferio sur, con la realización de rituales ancestrales en diferentes regiones del país sobre peticiones de salud, unidad, reactivación económica y buenos augurios.

Miles de bolivianos se concentraron desde la madrugada en más de 200 lugares considerados sagrados para recibir con las manos abiertas y en alto la energía de los primeros rayos del sol, en medio de la “nueva normalidad” por la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

En Bolivia, la fecha se instituyó como feriado nacional con suspensión de actividades desde su promulgación por decreto el 17 de junio de 2009.

La ciudadela arqueológica de Tiahuanaco, cuna de la civilización precolombina en Sudamérica, es el principal centro ceremonial donde confluyen los bolivianos para recibir el Año Nuevo Andino Amazónico.

Centenares de indígenas y campesinos, además de turistas, llegaron la madrugada de esta jornada a Tiahuanaco, situada a 71 kilómetros de la ciudad de La Paz, para esperar la salida de los primeros rayos del “Tata Inti” (Dios Sol).

“Amautas” o sacerdotes aimaras ataviados con indumentarias ancestrales instalaron altares de ofrendas para el “Willkakuti” (retorno del Sol) e iniciar así el cambio del ciclo agrícola de la siembra.

“Venimos a Tiahuanaco con mucha humildad, respeto a nuestros ‘achachilas’ (espíritus tutelares) para pedirle este Año Nuevo Andino Amazónico mucha salud para el pueblo boliviano”, afirmó el presidente boliviano, Luis Arce, quien asistió a los actos rituales acompañado de ministros, legisladores, representantes sociales y diplomáticos.

De esta manera dieron inicio en el municipio de Tiahuanaco, en la parte andina del departamento de La Paz (oeste), los actos oficiales por la celebración del Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco 5530.

El presidente Arce participó en la ceremonia en la emblemática Puerta del Sol de la ciudadela arqueológica con amautas andinos y jefes de “ayllu” (comunidades) del altiplano, levantando las manos en dirección al sol, acompañado por el ex presidente boliviano, Evo Morales (2006-2019).

En el acto, Arce pidió permiso a la “Pachamama” o Madre Tierra para recibir el Año Nuevo con la esperanza de buena cosecha, siembra y producción de la tierra.

“Este Año Nuevo pedimos nos traiga más armonía, más unidad entre todos y cada uno de nosotros”, expresó el mandatario.

“Este año vamos a volver a bailar, a celebrar y de a poco despedir las malas cosas que han estado viniendo desde algún tiempo atrás. Todos queremos lo mejor y todos vamos a trabajar para lo mejor”, agregó.

Los rituales aymaras estuvieron guiados por amautas en mesas preparadas con “sullus” (feto de llama disecado), coca y alcohol.

Los amautas vistieron al presidente, ministros y otras autoridades con la indumentaria típica de los andes bolivianos: un poncho (gabán) rojo tejido con lana de llama, una chalina café y un chullo (gorro andino) con una franja central blanca.

El objetivo fue que se unieran a la celebración antes de que los primeros rayos del sol se adueñaran del templo de Kalasasaya o templo de las Piedras Paradas de Tiahuanaco.

La celebración del Año Nuevo Andino Amazónico también se llevó a cabo en otros sitios considerados sagrados del país sudamericano, donde los asistentes recibieron a Willkakuti.

En el departamento de La Paz, el Año Nuevo Andino Amazónico se recibió en puntos como Waraco Apacheta y Ayllu Sullcatiti, así como en los sitios arqueológicos Khunkhu Wankane y Qhunqhu Liquiliqui.

Las celebraciones también tuvieron lugar en las ruinas de Samaipata, en el departamento de Santa Cruz (este), así como en el cerro Posokoni del departamento de Oruro (oeste), además de la isla del Pescado del Salar de Uyuni, en el departamento de Potosí (suroeste).

Otros de los puntos de la geografía boliviana donde tuvieron lugar ceremonias ancestrales fueron el apacheta (punto de adoración) de El Villar, en el departamento de Chuquisaca (sur), así como en Inca Rakay y en el centro ceremonial Incallajta del departamento de Cochabamba (centro).

(Xinhua)