QUE SEA UN “FESTEJO REAL”

Por Daniel A. Vogel –  Hola… buen domingo para todos. Jornada, la de hoy, más fresca con sol y desandando este finde “extra large” que es el último del año; una mañana donde quiero contarte una historia muy especial a vos, que todavía no viste nunca a la Argentina Campeón y recordarla con aquellos que ya disfrutaron una o dos veces, el logro deportivo más grande del planeta.

El que hoy te escribe, tuvo la suerte de ver y vivir los dos campeonatos mundiales ganados por la Argentina. La Copa que levantó en 1978 Daniel Passarella como capitán y también, la que alzó el más grande allá en México, cuando la levantamos de la mano de Diego Maradona.

Permitime que te cuente, que en 1978 dirigía los destinos del país la Junta Militar, entonces todavía no conocíamos bien la barbarie de los cuatro años que teníamos por delante hasta la Guerra de Malvinas. Aún con el miedo, el Mundial nos sacó por miles y miles a las calles a festejar, entonces éramos 25 millones de argentinos, y lo hicimos muy en paz.

Luego, caminábamos 3 años de democracia cuando, de la mano de quién nos llevó a recuperar este sistema de gobierno de plenas libertades Raúl Ricardo Alfonsín, celebramos en todas las plazas del país, en libertad y en paz cómo, en México 86, la Selección Argentina de Fútbol se calzaba su segunda estrella en el escudo de la AFA, miles y miles y miles de familias a lo largo y ancho de la República Argentina celebraron ese acontecimiento muy en paz y felices.

El próximo domingo se juega la final en Qatar. Argentina está entre los cuatro países del mundo que pueden llegar a hacer rodar la pelota en Doha y que cuando suene el silbato final, ver a nuestro país de la mano de un tal Lionel Messi, levantar la ansiada tercer Copa Mundial.

Pensemos que en el 78 y 86, familias enteras disfrutaron el gran logro. Ahora, con ilusión y alegría los chicos tuneados de celeste y blanco, cantando alegres de la mano de sus padres, pasan con el mismo derecho por la puerta del Multimedios caminando por Justa Lima hasta Rómulo Noya, ahí a encontrarse todos sin diferencias en la esquina de siempre, donde se festejó otros años y en otros mundiales, sin locuras, sin muerte… y van sin saber si están seguros como lo supimos estar en otros festejos y, si volverán todos felices a sus casas; afónicos, pero alegres y vivos.

Por estos días, la democracia argentina cumplió 39 años de vigencia y ya transita su cuarta década, la que celebraremos el próximo 10 de diciembre del 2023, con un nuevo gobierno democrático en la Argentina.

Casi 40 años de la soñada y luchada democracia recuperada, en días donde ya andar por la calle no nos da paz, ni tranquilidad, ni siquiera para festejar un logro deportivo que nos une bajo los colores celestes y blancos, de hace décadas, a todos.

La muerte, la barbarie, la violencia se ha apoderado de la calle y los sanos festejos.

El hambre, la desigualdad, los dirigentes inmorales que se esconden dentro del sistema republicano de gobierno y que se hacen multimillonarios a costa del hambre del pueblo, nos lleva a un clima de violencia tal que como ya es conocido, el haber llegado a las semifinales nos costó la vida de un comerciante laburante de la ciudad, “el pelado de la Heladería Real”. Nuestro conocido comerciante y laburante, Miguel Ventura (QEPD).

Real barbarie la que vivimos en el País y en Zárate.

Zárate, ciudad donde aquellos que nos cobran la tasa de seguridad e higiene, no limpian y tampoco nos brindan seguridad. Son cómplices por acción u omisión, de esta muerte.

Que sea un Festejo Real… no nos matemos entre nosotros los 45 millones que hoy somos, bajo los mismos colores y con un mismo fin, lograr la Tercer Copa Mundial. Ni una sola muerte, vale por obtenerla.

Este martes puede haber festejos…, y el domingo el festejo puede ser inmenso.

No le demos lugar aquellos que aprovecharán la situación para sembrar el caos, el terror y el miedo, el que no conocimos en aquellos otros dos festejos del 78 con los milicos y en el 86 en una incipiente democracia.

La democracia está en deuda REAL con el pueblo, en educación, en salud, en justicia, en derechos, y también en cuidar nuestras vidas y nuestros bienes cómo no lo hicieron en Zárate, el pasado viernes después de habernos consagrado semifinalistas de la Copa de Fútbol 2022 que se disputa lejos de casa, allí en Qatar.

AL QUE LE QUEPA EL SAYO…